
Hablamos de cuando conocemos a alguien pero no la vemos, hablamos día y noche con esa persona pero no sabemos cuanto mide, no sabemos que olor lleva ni que tan suave es su piel mas allá de lo suave que imaginamos al tenerla, es casi inconsciente lo que pasa entre esa persona y tu pero poco a poco se va creando la situación para cambiarle el sentido a las palabras que se dicen en cada conversación, esas letras que al principio parecían normales se tornan fuertes, se van tornando de un color mas solido y deja la claridad que lleva el simple jugueteo y la curiosidad con la cual se puede entablar una relación no personal pero si cercana aunque distante.

Hablamos de claves, hablemos de lo que se habla aunque luzca redundante, cuando no hay nada que hablar, cuando de conocerse ya se han dicho lo suficiente para saber lo primordial de cada quien, cuando ya parece venir la palabra “Adiós” a la conversión poniéndole fin así a lo que empezó sin motivo o sin alguna intención, sale una letra, una señal que nos lleva a continuar, es en ese momento donde una química y un juego de miradas ciegas se empieza a crear, no hay para donde ir, no hay donde estar solo escribir y ver como tu rostro poco a poco cambia, lo que no era interesante ahora te intriga y te hace preguntar “¿Que dirá ahora?”.
Y así se va construyendo solo el comienzo de una gran amistad, a menos eso creemos que se está creando pero dentro, en el fondo sabemos que esa conversación y esas vueltas que esas letras salidas de la nada empezaron en nuestro subconsciente nos puede llevar para algo mas, pero no estamos seguro y nuestra alarma de seguridad suena para decirnos que no debemos irnos muy lejos aunque nuestra sonrisa mientras lo pensamos nos pide querer conocer mas de esa persona que apenas conociste pero de la cual quieres saber mas.
En esta sociedad y con las nuevas formas de interactuar este fenómeno no parece por los momentos dejar de tomar primer plano, conocer personas en prácticamente una disciplina diaria para todos y hasta para aquellos que no les guste, pero aun así nos falta un punto, y ese punto debe tener una respuesta como todo en esto mundo, excluyendo aquello que parece no tener respuesta pero solo es que no queremos verla.

Buscamos excusas para no aceptar que mas que querer a una pantalla, quieres lo que hay mas allá de ella, lo que viene detrás, el ser que te escribe, que te entiende y que una sonrisa te causa cuando una letra te manda convirtiendo las palabras, en el arma mas grande y la base mas solidad que pueda existir para ti en ese momento.

Como todo empieza, todo tiende a acabar pero en este caso no suele ser como todo lo demás, ese final no esta dicho por ninguna de las dos partes, un sentimiento marcado por un medio de comunicación que no incluye voz, una relación marcada por la cantidad de megas consumidos, un sentimiento inagotable dispuesto a renacer cuando otra letra vuelva a aparecer.
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