domingo, 26 de febrero de 2012

Sin Orientación



Mi mente difiere de lo que veo.
 Mi vista se vuelve lejana y escasa con el pasar del tiempo...
El tiempo pasa y son las nubes quienes me informan de cómo está en el cielo…
El cielo me sirve de guía y me muestra la luz que se refleja en tu cabello…
Es tu cabello que con el viento emana el aroma que siento…
Es lo que siento que no deja de imaginar tu figura ni siquiera cuando duermo...
Es durante mi lecho que el tiempo se detiene recordando tu cuerpo…
Es tu cuerpo que aun gota a gota de la fría lluvia que me cubre calienta mis manos…
Son tus manos que me dejan saber que me estas guiando…

Es la guía que desaparece en los tiempos más amargos…
Como amargo el sentir de un dolor guardado y que desesperado golpea cada parte de mi ser como un temblor arremete contra la montaña de mil años…
Son los años que te vi y cada atardecer color naranja que nunca se marchan de la memoria aun cuando no exista alguna que la recuerde…
Recordar cuando se empañaba el vidrio de aquella ventana mientras que el sudor humedecía cada fragmento de tela…
La misma tela que arropa a la más grande penuria y el abrazo que convoca el volar libre de una ave que de libertad se ha vuelto loca… 
La locura que nos invade al saberse dueño de aquella boca, cuerpo, copa…
La copa que se llena de pasión al saberse dueño de aquel corazón, ilusión, voz y pensamiento…
Un pensamiento con la fuerza de un volcán que durante la noche reposa para al día siguiente gastarse poco a poco en diferentes cosas…



   Aquel semáforo que nos prohíbe cruzar y aquella energía que nos lleva a suplicar no hacerle caso a nadie más si sólo te quieren frenar…


Los frenos impuestos por un mundo que evoluciona en desechos…
Desecho quedó hecho el pasado que pasaba por mi ventana y que ha tocado la puerta esperando una       invitación a la sala…
La misma sala que me vio caer desde el, para entonces, más alto mueble y ese mueble que superé cuando fui creciendo...
 Supongo que ahora soy más alto que ese mueble.

Por aquella poesía que nunca escuché cuando debía y esa canción que marcó parte de mi vida…
Vida desvaluada por las cifras impresas en un papel moneda…
La misma moneda que da vueltas en el aire y que al caer decide una respuesta, en otros caso un juego o duda, y en la mayoría la vida…
La vida de otros que quieren ser vividas por aquellos que no aprecian la suya y aquellos que disfrutan de su vida no llegan a terminarla y ni lo más mínimo a vivirla completa…
Es completar las metas impuestas por la sociedad que cambia de visión tan pronto deja de mirar y se estanca queriendo oprimir al que sea diferente por decisión o por naturaleza…
Es la decisión que tomamos en un segundo que decidirá el resto del reloj de batería infinita de ésta relojería llamada mundo…

Es la naturaleza que pisamos tal cual pisamos nuestros pensamientos al prometer algo que nunca podrá ser completado, logrado ó realizado…


Es pensar un poco diferente y por eso estar del otro lado…
Es mirar con desprecio aquel que está debajo y con recelo aquel que no mira para abajo…
Abajo quedamos solamente con la función de levantarnos, una tarea simple pero tan difícil que a veces soñamos haberla hecho y despertamos mirando el cemento…
Cemento creado por nosotros para poder pisarlo, para protegernos y que nada se salga de su perfecto estado…



Estado que cambia con los años y que no varía sin importar cuantos científicos existan, ninguno logra descifrar más allá de sus pecados...
                       Pecados castigados por quienes creen estar santificados olvidando su labor y su significado…
Desde el nacimiento vamos batallando y desde ese mismo momento todo es un conteo con un signo menos de por medio…


Poco, medio, mucho, no importa cual sea igual mi vista se va al pasar del tiempo pero algo que no puede arrebatar el tiempo es que se viva sin pensar en ello.


Pronto


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